Los físicos enfriaron un objeto de 10 kilogramos hasta el borde del ‘cero absoluto’


La Observatorio de ondas gravitacionales LIGO en los Estados Unidos es tan sensible a las vibraciones que puede detectar pequeñas ondas en el espacio-tiempo llamadas ondas gravitacionales. Estas ondas son causadas por la colisión de agujeros negros y otros cataclismos estelares en galaxias distantes, y provocan movimientos en el observatorio mucho más pequeños que un protón.

Ahora hemos utilizado esta sensibilidad para enfriar efectivamente una masa de 10 kilogramos a menos de una milmillonésima de grado por encima del cero absoluto.

La temperatura es una medida de cuánto y qué tan rápido se mueven los átomos y moléculas que nos rodean (y de los que estamos hechos). Cuando los objetos se enfrían, sus moléculas se mueven menos.

El «cero absoluto» es el punto donde los átomos y las moléculas dejan de moverse por completo. Sin embargo, la mecánica cuántica dice que la ausencia total de movimiento no es realmente posible (debido a la principio de incertidumbre).

En cambio, en la mecánica cuántica, la temperatura del cero absoluto corresponde a un «estado fundamental de movimiento», que es la cantidad mínima teórica de movimiento que puede tener un objeto. La masa de 10 kilogramos en nuestro experimento es aproximadamente 10 billones de veces más pesada que la masa más pesada anterior enfriada a este tipo de temperatura, y se enfrió hasta casi su estado fundamental de movimiento.